viernes, 24 de mayo de 2013

LA PULSERA EN EL TOBILLO.


                                                             (Double Indemnity- Billy Wilder 1944)


Esta semana he tenido la oportunidad de ver esta gran película en pantalla grande, Double Indemnity (Perdición) de Billy Wilder, una de sus mejores películas y una de las obras cumbres del cine negro.

La película arranca con la secuencia de un coche circulando a toda velocidad en la oscuridad de la noche, del que se apea un hombre taciturno, sudoroso y malherido, entrando en unas oficinas donde decide confesar a través de un magnetófono, el crimen que ha cometido, por un puñado de dinero, y sobre todo, por una mujer. Una seductora hembra de pelo platino, gafas de sol y pulsera en el tobillo, de cuyo tintineo, Walter Neff (Fred MacMurray) nuestro desdichado protagonista, se ha enamorado irremediablemente, como un desgraciado marinero atrapado mortalmente por un canto de sirena. A partir de entonces, Walter nos adentra en su historia, la de un vendedor de seguros, soltero y carismático que tras conocer a la mujer de su próximo cliente, Phyllis Nirdlinger (Barbara Stanwyck), cae rendido a sus encantos y decide ayudarla a perpetrar el asesinato de su marido, para poder repartirse ambos el dinero del seguro. Pero Walter no sabe que acaba de conocer y enamorarse, nada menos que de una de las grandes Femme Fatales que ha dado la historia del Cine, que esconde un turbio pasado de crímenes, amantes y avaricia sin límite.


En una entrevista realizada al director Woody Allen, éste afirmó, que de todas las películas que había visto en su infancia, escogía como favorita a Double Indemnity de Billy Wilder porque posee todas las características de una película clásica de los años 40:  "rodada en blanco y negro, con réplicas rápidas, diálogos ingeniosos y brillantes y un argumento típico de la era dorada de Hollywood. Además salen Edward G. Robinson, Barbara Stanwyck y Fred MacMurray y la voz en off es de lo más intensa. Es la mejor obra de Wilder y una de las mejores películas que se hayan hecho nunca". De hecho, se puede comprobar el amor de Woody Allen por esta película, ya que en varias de sus películas le rinde un homenaje, como en Delitos y faltas, donde es una de las películas que su personaje va a ver al cine acompañado por su sobrina.

De la película de Wilder destacan además tanto la intensa música, compuesta por Miklós Rózsa como la fotografía a cargo de John Seitz (Días sin huella-1945), oscura, sensual y tenebrosa, con reminiscencias a obras de cine negro del expresionismo alemán de Fritz Lang, (como M, el vampiro de Dusseldorf). También el magnífico guión escrito por Billy Wilder en colaboración con el escritor Raymond Chandler, famoso guionista y escritor de novela negra, entre cuyas obras destaca El sueño eterno. El guión rebosa diálogos ingeniosos y no faltos de comicidad. También vemos que Wilder utiliza el mismo recurso que años más tarde haría en El crepúsulo de los Dioses, al comenzar la película con la confesión del protagonista diciendo como acaba todo. Destaca también el papel de Edward G. Robinson, quién interpreta al sabueso contratado por la compañía de seguros donde trabaja Walter Neff, para perseguir los delitos fraudulentos y que será a la vez, el mejor amigo del protagonista y el tipo que le pondrá las cosas difíciles al empezar a sospechar de los tejemanejes de Phyllis y la colaboración de su posible amante en el crimen...


Y por supuesto, qué decir del papel de Stanwyck, como una de las más recordadas mujeres fatales del cine, que realiza una interpretación majestuosa, muy sensual y sofisticada, acompañada por una voz muy dulce y femenina. Personalmente, me encanta su personaje y los chispeantes diálogos que al comienzo de la película tiene con su partenaire, MacMurray.



Double Indemnity, es por tanto, una de las más indiscutibles obras maestras del cine, una de esas películas, que con su glamour indiscutible, perduran y perdurarán para siempre y que hacen que todo aquel que las vea caiga rendido ante la magia del cine, al igual que Walter Neff lo hizo ante el tintineo de una pulsera en el tobillo.

"Hay una cláusula en todas las pólizas por accidente, una cosita llamada “doble indemnización”. Quiere decir que pagan el doble por determinados accidentes, los que casi nunca ocurren”, Walter Neff."

"Confieso que he matado a un hombre. Por dinero y por una mujer. Y después de todo, ni tengo el dinero, ni tengo a la chica"

martes, 14 de mayo de 2013

SOLO TE TENGO A TI




Título original: A la folie, pas du tout.
País: Francia.
Dirección: Laetitia Colombani.
Reparto: Audrey Tatou, Samuel LeBihan, Sophie Gillemin.
Género: Thriller romántico.

Hacía tiempo que quería comentar esta película, que fue para mí todo un descubrimiento allá por el 2006. Había oído hablar de ella tras la recomendación de un amigo y rebuscando en un videoclub que había por mi barrio, decidí alquilarla sin muchas ganas, ya que por aquel entonces Audrey Tatou, la protagonista del film, no me llamaba mucho la atención;  reconozco que la cogí un poco de manía a raíz del mega éxito que supuso la película Amélie, una historia que sinceramente, nunca me ha terminado por conquistar. Tras ver esta película, no sólo me empecé a interesar por Tatou, si no también por el cine francés, ya fuera clásico o reciente. Recuerdo que por esa época vi muchas películas francesas y descubrí auténticas joyas de ese cine, y todo gracias a esta pequeña película descubierta por casualidad.

Rodada en Francia en 2002, fue la ópera prima de Laetitia Colombani, una joven realizadora que por entonces contaba con tan sólo 26 años y como dije anteriormente, protagonizada por una Audrey Tautou en estado de gracia tras su reciente éxito mundial de Amelie.

La película nos presenta a Angelique, el personaje interpretado por Tatou, una joven estudiante de arte, dulce, ingenua, introvertida... que parece vivir un apasionado romance con Loic, un aclamado cardiólogo ( Samuel Le Brian) vecino suyo, casado y esperando un bebé con su esposa, una reconocida abogada. La muchacha pronto sospechará que el hombre al que ama no está dispuesto a separarse ni a renunciar a la familia que está a punto de crear junto a su mujer, para estar junto a la joven.

La historia comienza como si se tratara de una ligera tragicomedia romántica, con una estética y un planteamiento cursi y algo simple, los créditos iniciales de la película rebosan escenas de corazones y flores acompañadas con una música dulce y romántica, parece que fuera a tratarse de la clásica película de amores y desamores con protagonista guapa e ingenua y hombre apuesto y aprovechado que a pesar de todo, acaba enamorándose de ella. Pero pronto descubrimos que ese inicio romanticón acaba dando paso a todo un thriller psicológico, lleno de obsesiones y tensión, porque la joven Angelique no es tan ingenua ni tan dulce como en un principio suponíamos... o sí, y es precisamente su ingenuidad, lo que la lleva al descontrol.

Solo te tengo a ti, se trata de una original propuesta, sobre todo gracias a su desarrollo lleno de flashbacks y una misma historia dividida en dos partes, con los diferentes puntos de vista de la pareja protagonista. Un recurso muy hábil e interesante que muestra como un acto casual, en principio insignificante, puede dar lugar a todo un universo marcado por la obsesión. Y que hace reflexionar sobre el amor y las ilusiones románticas, y hasta qué punto no pueden desembocar en sumisión, desesperación... y venganza. De ella, bien se podría extraer una inquietante moraleja: Ten cuidado de a quién enamoras.

Una tragi-comedia-psycothriller que, por el momento, ha agradado y sorprendido a todos a los que se la he recomendado. Muy interesante.

"Todos soñamos con un gran amor, solo que yo soñé más fuerte"

UNA VOZ QUE SE APAGA.

                       
 CONSTANTINO ROMERO
(1947-2013)


Adiós a la gran voz española de Clint Eastwood, James Bond, Mufasa, Terminator y Darth Vader entre muchísimos otros actores y personajes.

Descanse en paz.










sábado, 11 de mayo de 2013

ALFREDO LANDA, OTRO MITO QUE NOS DICE ADIÓS.



Parece que la mala racha para el cine español continua. A la ya extensa lista de fallecimientos de nombres ilustres de nuestro panorama cinematográfico acontecidos en los últimos meses, ahora hay que añadirle uno más, el de uno de nuestros más grandes mitos: Alfredo Landa. Y es que hablar de Landa no solo es hablar del "Landismo", de esa larga lista de películas cómicas que protagonizó a principios de los años 70, que marcaron una época de la sociedad española, una sociedad que a modo de catarsis se desahogaba entre carcajadas de una represión de la que estaba harta; además hablar de Landa, supone hacerlo también de algunos de los títulos e interpretaciones más relevantes de nuestro cine en los últimos 50 años: Atraco a las tres, El verdugo, El Puente, El Crack, Los Santos Inocentes, La vaquilla, El Bosque animado, La marrana, Canción de cuna y un larguísimo etcétera.

Nació en Pamplona hace 80 años e iba para abogado. Pero a los 25 años dio carpetazo a la carrera de derecho para cumplir su sueño como actor, a pesar de la oposición de su familia que veían eso de actuar, algo totalmente rocambolesco y pasto para todo tipo de habladurías. Pero a pesar de todo, dejó su Pamplona natal, y con siete mil pesetas y una carta de recomendación se plantó en Madrid, para comerse el mundo. Era 1958. En 1962, con 29 años, se estrenaba en cine, por la puerta grande, con la mítica Atraco a las tres. Luego vendría otro título grande El verdugo y por supuesto, esa larga lista de películas que fueron bautizadas con su nombre (Landismo) y que ejemplifican toda una época. A pesar de haber sido denostadas durante años, las películas del Landismo, han sabido verse con los años a través del prisma de la distancia y, tal vez también, de la nostalgia. Una época de la que él nunca no sólo no renegó, si no que siempre dijo sentirse orgulloso y agradecido.

Hombre de marcado carácter y algo cascarrabias y refunfuñón, pero a la par, afable y cariñoso, mantuvo una larga amistad y relación cinematográfica con el director José Luis Garci, con el que realizó nada menos que siete películas, entre las que destacan Canción de Cuna y El Crack. Luz de Domingo fue la última que rodó bajo a sus órdenes y que dio lugar a un periodo de desavenencias entre ambos. Pero como buenos amigos que eran, tales desavenencias se disiparon tras la publicación de la biografía de Alfredo Landa, titulada Alfredo el Grande en 2008 y sus recaídas de salud que marcaron sus últimos años de vida, hasta el punto de tener que ser internado en una residencia a consecuencia del ictus que sufrió algunos años atrás.

 Retirado del cine desde 2007, fue ganador de 3 Goyas y el premio al mejor actor en Cannes (compartido con Paco Rabal) por sus intrepretaciones en la gran Los santos inocentes. Deja una viuda, tres nietos y un legado cinematográfico difícil de igualar.

Descanse en paz, maestro.

"Estoy bastante emocionado por la muerte de Alfredo Landa. En el trabajo que abordamos juntos, «Los santos inocentes», estuvo realmente maravilloso. La prueba es la propia película que hicimos. Ahora, cuando lo recuerdo, sólo me salen las bondades que tenía. Landa era un verdadero actor de raza, una persona muy considerada cuando trabajabas con él. Era un auténtico placer verle trabajar. Recuerdo que dio a su personaje parte de su personalidad. Lo rodeó con unos registros que yo entonces ignoraba que él poseyera. Sin duda, él ha sido uno de los grandes actores con los que he trabajado a lo largo de toda mi carrera. Era único. Una gran personalidad y un excelente actor."
Mario Camus.
 A continuación, pongo el enlace de una interesante entrevista concedida a El País en 2008, poco antes de recibir su Goya Honorífico, en la que hablaba, entre otras cosas, de su retirada definitiva del cine.

lunes, 6 de mayo de 2013

PERSONAJES FAVORITOS 8: JERRY/ DAPHNE (NOBODY´S PERFECT!!)


                                            (Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco- Billy Wilder -1959)


Jack Lemmon en una pausa del rodaje a medio caracterizar como Daphne.

Hacía mucho tiempo que no  destacaba alguno de mis personajes favoritos del cine y no podía dejar pasar la oportunidad de recordar al posiblemente, mejor personaje cómico:  la entrañable Daphne / Jerry en una de las más desternillantes comedias de todos los tiempos (posiblemente, la mejor) Con faldas y a lo loco ( Some like it hot) del maestro Wilder. 

En un principio, este personaje fue ofrecido a uno de los reyes de la comedia americana de entonces, Jerry Lewis, pero éste lo rechazó porque, en palabras textuales, "no quería ser  confundido por una drag queen", así que gracias a sus prejuicios y de un plumazo  dejó pasar esta perita en dulce, la cual fue a parar en las  manos de un pedazo de actor (¡¡¡¡el mejor de todos!!!!), el grandísimo Jack Lemmon.



Se cuenta  que a partir del enorme éxito cosechado por la película y el carismático personaje de Lemmon, éste le fue enviando a Lewis una caja de bombones cada año, justo el día del aniversario del estreno de la película, en agradecimiento  por haberle puesto en bandeja de plata uno de los personajes más destacados de su carrera y de la historia del Cine!
Y es que nadie como Lemmon podía haber encarnado de esa manera tan entrañable, carismática y tronchante a su personaje de Con faldas y a loco.

La película narraba la historia de Joe y Jerry (Tony Curtis y Jack Lemmon) dos músicos de poca monta de los años 20, que tras presenciar un tiroteo entre dos bandas mafiosas, son perseguidos por éstos, por lo que deciden disfrazarse de mujeres y enrolarse en un grupo de coristas femeninas capitaneado por la sensual Sugar Kane (Marilyn Monroe) para poder  pasar desapercibidos.

Qué decir tiene que la película es una genialidad, destilante de humor  a carcajadas, y es que gracias al guión de Wilder y I.A. L. Diamond, todos sus actores brillaban con luz propia, en especial el papel de Jerry/Daphne, el más simpático de la película.


Y es que Jack Lemmon bordaba su personaje; jamás en cine un hombre disfrazado de mujer  ha resultado tan encantador y divertido. Es prácticamente imposible no troncharse ante las caras de estupefacción de Daphne, su risilla floja, sus chascarrillos con doble sentido junto a la dulce Marilyn, sus tangos con Osgood (Joe E. Browm), su forma de caminar y sus desternillantes comentarios con su compañero/a Joe/ Josephine, como cuando éste no para de recriminarle que sus quejas y su falta de cuidado puede delatarles, animándole a repetirse a sí mismo "Soy una mujer, soy una mujer" pero que tras su "romance" con el multimillonario Osgoor, le suplicará que se repita lo contrario " soy un hombre, soy un hombre" para no acabar con éste en el altar!!!.


Al parecer la película iba a rodarse en color, así constaba en el contrato que firmó Marilyn Monroe, pero tras las pruebas de cámara con los actores disfrazados de mujer, descubrieron que Lemmon se veía con una extraña tonalidad verde, debido a la cantidad de maquillaje que tenían que llevar los actores para disimular sus rasgos varoniles, por esta razón, Wilder y los productores decidieron que la película se rodaría en blanco y negro, con el enfado mayúsculo de una Marilyn que esperaba verse fantástica a todo color.



La película sigue siendo un éxito indiscuible, que enamora a todo aquel que tiene la oportunidad de disfrutarla, y es que aunque tenga más de 50 años, sus diálogos y situaciones siguen siendo frescos y atemporales, algo característico de la filmografía de Wilder. También pasó a la historia por su tortuoso rodaje, donde las disputas entre una depresiva Monroe y el resto del equipo eran el pan de cada día. Pero entre tanto drama, ahí estaba Jack Lemmon, con su sempiterna sonrisa y disfrutando a placer de su rol femenino, ya que en los descansos disfrutaba gastando bromillas a sus compañeros mientras bailoteaba con el actor que encarnaría a su pretendiente Osgood en la película, el genial Joe E. Brown. Por lo visto ambos aprendieron el tango aleccionados por el actor George Raft que daba vida a  uno de los gangsters.


A diferencia del papel de Tony Curtis que era el galán seductor, en el de Lemmon recaía mucha más comicidad, aunque también es verdad, que éste tenía mucho más salero interpretativo que Curtis. Y es que puedo decir que Lemmon para mí es el mejor actor de la historia, ya que podía interpretar convincentemente casi cualquier papel que cayera en sus manos. ¿ Quién diría que el mismo actor de las caras tronchantes de Daphne, fuera el hombrecillo gris de El Apartamento, el alcohólico de Días de vino y rosas o el desesperado padre de Missing? Y es que muy pocos actores pueden presumir de estar magníficos en todos sus roles, de poseer tan amplio registro interpretativo, algo solo dejado para unos pocos afortunados poseedores del don de la actuación, como el gran Jack Lemmon.